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Cómo se hace una yurta

 

 

 

 

Para los siberianos son Tipis, para los mongoles son Gers, para los kirguisos son Yurtas… hay muchas maneras de llamarla dependiendo de la región del mundo y de sus diferentes formas, pero en occidente las yurtas están de moda. Últimamente estas viviendas nómadas han adquirido gran fama entre quienes buscan un estilo de vida alternativo e incluso ya hay quien ha encontrado negocio construyendo campamentos de ellas. Las yurtas tienen algo que atrae.

Tal vez sea su forma circular que te acoge de una forma especial o la estética que nos traslada a lejanas estepas y rincones remotos del planeta, pero esta construcción tradicional no pasa desapercibida. Pero, ¿sabes realmente cómo se construye una yurta?

 

 

Tenemos que hacer un viaje mental a las estepas de Asia Central para comprender la existencia de este tipo de casa desmontable confeccionada a base de madera y fieltro, y es que los cambios de temperatura extremos que se producen en Mongolia, Siberia o Kirguistán hacen necesario un tipo de vivienda que sea capaz de mantener el calor durante los meses de duro invierno y a su vez resultar fresca durante el caluroso verano.

Pero además de la cuestión del aislamiento térmico, las yurtas han sido durante siglos imprescindibles para el desarrollo de la vida nómada gracias a su rápido sistema de montaje y desmontaje, y es que las bastas praderas de Asia Central están salpicadas de pequeños asentamientos de pastores, a menudo familiares, que permanecen en constante movimiento siguiendo las necesidades de pasto del ganado, y cambiando de lugar su poblado en función a las estaciones.

Atendiendo a las necesidades térmicas y de movilidad, los nómadas idearon ya en la Edad Antigua este sistema que tiene como base principal una estructura de madera en forma de listones trenzados en horizontal y otros perpendiculares en vertical, y una o varias capas de lana, pieles o fieltro que actúan a modo de cubierta. 

 

La madera escasea en la estepa, por lo que generalmente era adquirida o intercambiada en los poblados, mientras que el fieltro se obtiene a base del prensado de lana de oveja, cabra o yak hasta lograr una gruesa capa. 

 

Sin embargo, más allá de los aspectos materiales, la yurta tiene un significado espiritual y a veces sagrado para los nómadas. Su forma circular representa el universo y la forma en que la energía fluye. Tanto es así que para algunas comunidades mongolas la entrada a la yurta debe realizarse siempre por la parte izquierda y es tradición dar una vuelta completa en sentido de las agujas del reloj antes de tomar asiento frente al fuego.

 

 

Otros países como Kyrgyzstan muestran su respeto al hogar de los nómadas en el emblema de la bandera nacional, que representa el tunduk, el techo circular de la yurta. 

Aunque la vida puramente nómada está quedando relegada a los rincones más remotos del planeta, no por ello los nómadas pierden el sentido estético de sus casas, de hecho, incluso las yurtas de los pastores más humildes suelen estar adornadas con decenas de coloridas alfombras, muebles tallados con motivos religiosos, y telas con ribetes que dan al interior un toque de decoración que nos lleva a las viejas estampas de la Ruta del Seda.

Pero toda esa decoración hay que llevarla a cuestas cada vez que la familia se desplaza. El desmontaje de una yurta puede llevar aproximadamente una hora, y los casi 400 kilos que puede alcanzar el conjunto completo son cargados en caballos, yaks, o camellos dependiendo de la región de la estepa que habiten.  Tras todo el proceso los nómadas ponen rumbo a su peregrinación por la estepa con todos sus animales en una trashumancia que puede durar días e incluso semanas. Una vez encontrado el lugar adecuado, vuelven a montar el campamento en el que habitarán hasta el próximo cambio de estación.

Sin duda montar una yurta es todo un ritual que engloba naturaleza y adaptación humana, algo que sabe perfectamente todo el que haya podido habitar una yurta en su entorno original. Sin embargo, para algunos también es un deporte, ¡y es que en Kirguistán se celebra todos los años un campeonato de montar yurtas donde el equipo ganador suele lograr bajar de los 15 minutos!

Nosotros no batiremos nunca ese récord, pero si quieres vivir la experiencia de montar tu propia yurta en convivencia con los nómadas de la estepa, en MinKul Travel te ofrecemos experiencias de trashumancia en diferentes épocas del año.

 

 

 

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