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Juegos Nómadas

 

 

 

En el año 1859 se celebraron en Atenas los primeros juegos olímpicos. O, mejor dicho, los primeros juegos olímpicos modernos ya que las olimpiadas originales comenzaron a celebrarse allá por el 776 a.C. también en Grecia. Pero dándose un paseo por el mundo no podemos evitar pensar en la visión tan occidental con la que hablamos del deporte.

 

¿Y sí las tribus de otros rincones del planeta tuvieran
sus propios juegos olímpicos?
¿Cuáles serían esos deportes destacados?

 

La duda quedo un poco más resuelta en el año 2014, donde los países con tradición nómada decidieron unirse en un valle de Kyrgyzstan para competir según sus propias disciplinas deportivas. El lugar elegido fue una inmensa pradera en la costa norte del lago Issyk Kul, cerca de la localidad de Cholpon Ata.

En ese primer año se reunieron deportistas de 19 países con tradición nómada como Mongolia, Turquía, Azerbayán e incluso EEUU con una representación de deportistas ecuestres con orígenes de los nativos americanos.

 

 

El evento volvió a repetirse en 2016 y 2018, también en las praderas de Kyrgyzstan, que esta vez acogieron miles de visitantes de origen nómada que llenaron de color, música y aromas el valle de Chong Kemin para animar a los más de 2.000 atletas participantes.

Los pastos se cubrieron de yurtas y las camionetas de los pastores provocaron un auténtico caos de tránsito en la boca de un valle que rebosaba tradición.

 

En MinKul Travel tuvimos la ocasión de acudir a la cita con un grupo de viajeros que quedó fascinado con la dignidad con la que los pueblos nómadas pusieron en valor sus deportes y sus tradiciones. Mientras los caballos salvajes corrían por las crestas de las montañas y los pastores movían miles de ovejas por las laderas, el fonde del valle quedó convertido en un estadio natural en el que jinetes australianos, kazajos o argentinos competían por ver quién era el más rápido. La cultura de los gauchos sudamericanos mezclada con la turca o la iraní, todo un espectáculo humano en el que el nomadismo era el protagonista.

 

El Kok Boru, uno de los deportes más salvajes del mundo enfrentó a las selecciones Mongolia y Kyrgyzstan mientras que los luchadores ucranianos y tayikos competían en diferentes disciplinas cuerpo a cuerpo. Otros países participaron en el Kyzyl Kuumai, un juego ecuestres que enfrenta hombres y mujeres en una carrera donde el derrotado recibe tres latigazos por parte del vencedor. A su vez los cetreros y los tiradores mostraban sus habilidades con el águila y los arcos de flechas respectivamente al tiempo que los músicos locales amenizaban el día.

 

 

 

Pero más allá del deporte, lo que quedó patente en los World Nomads Games es la identidad genuina de los países nómadas. El aroma del té saliendo de las yurtas, los mercados de pieles y los puestos de leche de yegua y platos típicos kirguises transportaron a todos los visitantes a tiempos ancestrales mucho más primitivos que las olimpiadas de Atenas.

Tras la tercera edición, el gobierno de Turquía se hizo con los derechos de celebración del evento para llevarlo dentro de sus fronteras, lo que sin duda hará perder el encanto a unos juegos cuyo gran atractivo era el basto entorno natural en el que se celebraron. Pero mientras esperamos a que los juegos nómadas vuelvan a las estepas, nada nos impide seguir recorriendo Kyrgyzstan y Kazakhstan acercándonos a las competiciones deportivas que aún se practican en los pueblos más auténticos. En Min Kul te proponemos opciones.

 

 

 

 

 

 

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